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miércoles, 29 de marzo de 2017


proletario burgués


Soy un quiero y no puedo.

Quiero librarme de los remiendos 
y solo consigo ser un hortera.
Quiero salvarme de los piojos
y quemo mi cabeza con pesticidas.
No me falta de nada en la nevera
aunque los alimentos me saben a perro.
Quiero un automóvil de alta gama
pero dejo mis babas cada tarde
en el cristal del escaparate.
No me falta una segunda residencia
donde discuto con mi mujer
quince días al año, ni uno más.

Soy un arrastrado y un traidor
a mi clase y a mi gente,
pero los mass media, los periódicos,
jamás me informaron ni advirtieron de ello.

Y no lucharé nunca por el socialismo
porque yo tampoco quiero ser de los nuestros.


R. de M.                                   (29/03/2017) 

jueves, 16 de marzo de 2017


la sacra democracia vomitiva  (3)


La democracia es tan solo un marco
que hay que llenar con algún contenido.
El marco es bello pero no alberga nada,
si acaso un barco que no va a ningún puerto,
ni quiere ir. Es vulgar y no flota.
Odia izar banderas rojas en su mástil.
Siempre está a la deriva del mercado
y tira por la borda a la prole
cuando hay sobrecarga peligrosa
por salvar el culo a los ricachos.
Quien escupe en la cubierta del barco
es llevado a mazmorras por violento.
El navío se hace llamar Libertad
y en sus bodegas porta alijos de drogas.


R. de M.                                (16/03/2016) 

lunes, 13 de marzo de 2017


la sacra democracia vomitiva (2)


Cuando la democracia se impone a cañonazos
nos habla de su naturaleza asesina.
La impostura de las estadísticas
como una incuestionable azarosa ventosidad.
El secuestro mental de las mayorías
que claman por un burgués repartiendo migajas.

Qué tolerante eres democracia,
mas si continúo escribiendo a las claras
has de crucificarme impunemente.


R. de M.                                         (13/03/2017)  

miércoles, 8 de marzo de 2017


la sacra democracia vomitiva


Qué delito hay en negarse a secundar
la ciega fe mayoritaria en el inmovilismo
de una ilusión tramposa para que rija
eternamente el burgués de gusto pésimo,
un arrogante ser envuelto en beneficios.

Qué desprecio merezco si mantengo
que la democracia no es virtud sino
aquel manicomio donde los enajenados
escupen sus ideas hacia el cielo
y les caen en plena cara de recibo.

Jamás el comunismo se impondrá en las urnas,
antes, los tanques aplastarían las calles:
razón de más  para desenmascarar
la charlatanería de estos parlamentos.


R. de M.                                   (8/03/2017)