Aniquilando seres desde un ordenador
sentados en Las Vegas, a 12.000 km
como quien juega a destripar dibujos
en 3D. Y no es ciencia-ficción sino
la cobardía del criminal aséptico.
La guerra es inmoral no tanto por sangría
cruel, es más bien execrable
por el profundo e irracional desprecio
para con el contrario y porque es
unthinkable que dios pierda la guerra
según reza la ceguera de un evangelio.
R. de M. (de: Salmonetes a la parrilla. 2009)
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